Las hermanas Sara y Ester Oliveira, de Brasil, se encuentran en medio de una situación complicada después de enterarse de los riesgos de un material que emplean para realizar cambios físicos y tratamientos estéticos en su clínica en Ciudad del Este. Las autoridades médicas han confirmado que estas no son cirujanas plásticas, sino dentistas.
La controversia en torno a las “Doctoras Barbie” se desató cuando compartieron en sus redes sociales un certificado sanitario emitido por el Ministerio de Salud de Paraguay. Este documento les otorgaba la autorización para utilizar el polimetacrilato (PMMA), un material comúnmente utilizado en cirugías estéticas. Sin embargo, las alarmas comenzaron a sonar cuando el Dr. Jorge Iliou, director de la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa), señaló que el PMMA se usa principalmente en procedimientos odontológicos y no en cirugías estéticas.
El Dr. Iliou fue categórico al afirmar que las “Doctoras Barbie” no eran las profesionales adecuadas para realizar procedimientos estéticos. Su formación y experiencia se centraban en la odontología, no en la cirugía plástica. Este hallazgo dejó a muchos pacientes sorprendidos y preocupados por la seguridad de los procedimientos a los que se habían sometido.
Para comprender la gravedad de esta situación, es necesario conocer el trasfondo de las hermanas Oliveira. Ambas se presentaban en sus redes sociales como cirujanas plásticas altamente capacitadas, especializadas en procedimientos estéticos. Su título de “Doctoras Barbie” les confería una cierta autoridad en el mundo de la belleza y la cirugía plástica. Sin embargo, la realidad es que ambas son odontólogas de formación.
La postura de las autoridades
La revelación de que Sara y Ester Oliveira no eran cirujanas plásticas ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias y las organizaciones médicas en Paraguay. El Dr. Iliou, al frente de Dinavisa, ha dejado claro que se trata de un caso que debe ser investigado a fondo.
La Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética (SPACPRE) también ha intervenido en este asunto. Esta organización compartió una lista de cirujanos estéticos certificados en Paraguay, y sorprendentemente, las “Doctoras Barbie” no figuran en esa nómina. Esta omisión levanta interrogantes adicionales sobre la legitimidad de sus prácticas y su cualificación para llevar a cabo procedimientos estéticos.